Preguntas frecuentes
Cuando se produce una lesión en el cerebro, bien por causas del parto como falta de oxígeno o incluso antes de éste por otras afecciones como hipoxia o asfixia, así como por lesiones sobrevenidas como puede ser un accidente de tráfico, implica que parte del cerebro sufra una necrosis, es decir, parte del cerebro queda muerto y en su lugar aparece como una especie de callosidad o destrucción con falta de tejido que es lo que ocasiona que el resto del cuerpo sufra unas anomalías. Estas anomalías son lo que conocemos como espasticidad. La espasticidad ocasiona la rigidez del cuerpo, tanto en sus miembros como en otros sitios, por ejemplo la cara. En definitiva, la lesión está en el cerebro pero los síntomas están en el cuerpo. Por lo tanto son los síntomas los que son operables. La lesión cerebral ni aumentará ni disminuirá, simplemente está ahí.
En el que el paciente ya tiene retracciones miofasciales en su cuerpo. Normalmente, en los niños a partir de los 2 años y medio.
Después de esos 30 minutos, el paciente pasa a un período de observación como en cualquier otro tipo de operación. Transcurrido ese breve espacio de tiempo se seguirá con el post-operatorio 24 horas en la clinica, acompañados en todo momento por personal sanitario.
Una vez cortado el impedimento para que el músculo funcione, éste recobra su funcionalidad. Es evidente que un músculo no trabajado durante muchos años presente síntomas de debilidad. El músculo debe ser estimulado para que cumpla su función. La forma de hacerlo es a través de ejercicio físico y diferentes tipos de rehabilitación.
La fisioterapia esta dentro del concepto de rehabilitación y será indicada por los doctores y podrá ser complementaria a la que se realiza a través del fisioterapeuta habitual del paciente (p.ej. terapias intensivas).
La experiencia con afectados de España es de más de 8 años, no habiéndose tenido constancia de casos que hayan retrocedido desde su estado inicial, si no todo lo contrario. Lo que sí cabe reseñar es que inicialmente, tras la operación, se puede experimentar un ligero retroceso del paciente.
Esto es debido a que a pesar de que las operaciones no presentan heridas externas, internamente sí se produce un pequeño traumatismo derivado del corte de la fibra. Aunque es ligero, no hay que olvidar que por operación se tratan hasta 24 puntos, es decir, se cortan hasta 24 fibras. Esto repercute en que el paciente deberá guardar un tiempo de reposo, en el que lógicamente no realizará algunas actividades que antes sí hacia, hasta pasado ese tiempo.
Después de las operaciones iniciales hay que observar la evolución del paciente. Puede ser que se manifiesten nuevas contracturas, aunque no en el mismo sitio. Esto es debido a que las contracturas mayores y más invalidantes son las que se tratan. Una vez desaparecidas éstas, se pueden manifestar otras menores que ya existían.
En todo caso, al finalizar el desarrollo corporal del paciente es cuando se tiene que evaluar el realizar alguna operación más. Se debe valorar como corresponde el hecho de la mejora de la calidad de vida en la infancia y adolescencia, no privándoles durante esos años de los beneficios aportados mediante esta tecnica, entre ellos que no se produzcan o se agraven las deformaciones esqueléticas, las luxaciones, las retracciones articulares difíciles de tratar.
Depende del grado de afectación de cada paciente. Afectados muy severamente pueden necesitar tres operaciones como mínimo. Otros con una sola es suficiente. Un mismo músculo se opera solo una vez. Tras cortar la rigidez de él, ésta no se vuelve a producir ni hay posibilidad de que esa pequeña porción muscular muerta y rígida se vuelva a unir.
Depende del grado de afectación de cada paciente. Afectados muy severamente pueden necesitar tres operaciones como mínimo. Otros con una sola es suficiente. Un mismo músculo se opera solo una vez. Tras cortar la rigidez de él, ésta no se vuelve a producir ni hay posibilidad de que esa pequeña porción muscular muerta y rígida se vuelva a unir.
Un punto de dolor es lo que origina que el afectado adopte esas posturas de retorcimiento que todos vemos. Si un niño retuerce las piernas o los brazos y está en esa postura siempre, es porque así se protege inconscientemente del dolor que le originaría que ese miembro estuviera recto, en su posición normal. La retracción y rigidez hacen que no puedan tener un miembro extendido normalmente ya que eso les produce dolor. No se quejan, ni lloran, porque adoptan la postura anómala para defenderse de eso.
De todas formas, tocando sobre el punto de dolor adecuadamente por el especialista, se podrá apreciar en el niño un gesto de dolor porque es en ese punto donde le duele exactamente. Los afectados se defienden de esto retorciéndose o encogiéndose. Con el paso de los años, estas posturas afectan a todo el miembro o miembros en cuestión, llegándose a producir tambien malformaciones esqueleticas, más o menos severas según los casos de afectación.
No. Se puede operar cualquier persona que tenga retracciones miofasciales. Logicamente cuanto más pequeño sea el afectado, se podría evitar las complicaciones derivadas de su dolencia, especialmente las esqueléticas antes referidas. No hay que olvidar que aun no consiguiendo una mejoría total en los casos más afectados, la mejoría en la calidad de vida, tanto del afectado como de los familiares, es importantísima.
De todas formas, tocando sobre el punto de dolor adecuadamente por el especialista, se podrá apreciar en el niño un gesto de dolor porque es en ese punto donde le duele exactamente. Los afectados se defienden de esto retorciéndose o encogiéndose. Con el paso de los años, estas posturas afectan a todo el miembro o miembros en cuestión, llegándose a producir tambien malformaciones esqueleticas, más o menos severas según los casos de afectación.
No. Lo único que ocurrirá es que el musculo libre de su retracción necesitará fortalecerse poco a poco. Para eso son la fisioterapia y rehabilitación.
El número de operaciones depende del grado de afectación del paciente. En grados muy acusados se precisan casi siempre tres o incluso alguna más. Otros, menos afectados, consiguen los resultados en una sola operación, como pueden ser los que tengan un pie o un lado afectado. Evidentemente eso lo valorará el médico.
El tiempo suficiente para la recuperación del paciente y para observar los avances y evolución que en el mismo se produzcan.
Generalmente, a partir de los 8-10 meses se puede realizar una segunda fase.
Ha habido casos de niños que tomaban miorelajantes (lioresal o baclofeno) y por la operación se redujó la espasticidad y la rigidez. En esos casos de retirarse la medicación debe ser por indicación del doctor y rebajando las dosis paulatinamente, nunca de golpe. Consultar con el médico de cada uno la forma de la supresión de la medicación.
Con el tiempo las retracciones afectarán en mayor grado el sistema miofascial, provocarán problemas aún más graves, tales como contracturas articulares hasta anquilosis, luxaciones, dismetrías, deformidades óseas , etc.
Los primeros resultados se ven en algunos pacientes al día siguiente, otros dentro de un mes y se pueden ir demostrando durante los próximos meses postoperatorios (pero los principales se demuestran a lo largo de los primeros 3 meses).